En 1904, en el norte del Perú, se estableció en Chiclayo la Hacienda Agrícola de Chiclayo, un pequeño asentamiento entre el mar y la montaña conocido como la "ciudad de la amistad". Aquí se reunió un grupo de campesinos para comercializar su azúcar, y para ello construyeron, con gran sacrificio personal, una pequeña refinería.
En 1922, la familia terrateniente peruana Piera de Castillo, encabezada por Don Rolando, compró la hacienda, refinería y vasta plantación de caña de azúcar a la familia Gutiérrez. Si bien había mucha materia prima, la tecnología era elemental. La falta de conocimientos técnicos hizo que la caña de azúcar y todo su potencial no pudiera ser explotado en su totalidad. La mano de obra, extraída de los habitantes locales de los alrededores de la hacienda, también estaba mal capacitada.
En 1933 Don Rolando envió a su hijo mayor Augusto a estudiar ingeniería química en la Universidad de Cambridge. En el verano de 1938 partió de Londres un barco con destino al Perú, transportando el preciado molino de rodillos para el azúcar y un alambique de columna escocés para la destilación.
1950 fue un año inolvidable para el joven Augusto Piera de Castillo: nació oficialmente Ron Millonario.
El ron fue fruto de un arduo trabajo, pero como pocos podían darse el lujo de probarlo, adquirió el nombre de "por los millonarios", en reconocimiento a ese exclusivo club de individuos lo suficientemente ricos como para comprar su licor y disfrutar de su encanto único.
En busca de nuevos productos, Fabio Rossi aterrizó en Perú en 2004 y descubrió un producto cálido, rico y agradable de beber. Se había encontrado con un verdadero tesoro del Perú. La continua fe de los hermanos Rossi en los productos ha comenzado a dar sus frutos. Cada vez más apreciado por expertos de todo el mundo, Millonario se puede contar entre los mejores.